domingo, 26 de enero de 2014

Bicicleta filtra el aire


El sistema de transporte más limpio es la bicicleta. No emite ningún gas contaminante ni supone ningún gasto energético salvo el del propio usuario. Además, es beneficioso para la salud. La bicicleta está de moda y hay modelos para todos los gustos. Sin embargo, Matt Hope, un artista que vive en Pekín, no encontró ninguno que le satisfaciera y decidió diseñar su propia bicicleta. En este caso, una bicicleta que, además de permitir el desplazamiento no contaminante, filtra el aire. Una bici perfecta para Pekín.




Respirar aire en Pekín es como fumar un paquete de cigarrillos al día. Matt Hope no está dispuesto a pasar por eso. Ni a contaminar una ciudad que ya está bastante contaminada. Así, ha instalado un sistema de filtrado de aire en la parte de atrás de su bicicleta.

El filtro de aire se ubica en la parte trasera de la bicicleta y ha sido fabricado con pequeño contenedor de basura y algunos materiales reutilizados. Este sistema de filtración de aire es alimentado por la energía que produce el propio piloto al pedalear, de forma similar al sistema de pedaleo asistido de las bicicletas eléctricas. El aire, una vez limpio, es continuamente bombeado, a través de tubos acoplados al bastidor, hasta las vías respiratorias del ciclista mediante una máscara de piloto de combate.

Hope llama a su creación, híbrido entre medio de transporte y obra de arte de denuncia, la “bicicleta respiratoria”. Pero avisa: en una ciudad que no tenga un aire tan contaminado, si hay una tormenta, el ciclista podría terminar electrocutado. Es un proyecto que quiere llamar la atención sobre el exceso de polución del aire en Pekín.


Carbón y tráfico

Pekín, una bicicleta que filtra el aire
En dicha ciudad, cada vez más personas compran máscaras baratas para andar por la calle (no muy efectivas) y filtros de aire para sus casas. Pero la solución está en actuar sobre el origen de la contaminación: la combustión de carbón, las chimeneas de industrias y fábricas y el creciente tráfico de coches. Sólo este año, habrá 20 millones de automóviles nuevos en las calles. Según Greenpeace, si no disminuye radicalmente el uso del carbón, Pekín seguirá con este grave problema.

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