Las muestras recogidas por el
Curiosity prueban la existencia de un antiguo lago en la superficie de Marte,
probablemente con agua dulce y con unas condiciones propicias para albergar
vida, aunque fueran simples microbios. Así lo ha constatado el equipo de
científicos de la misión Mars Science Laboratory (MSL) tras analizar los datos
enviados por el rover de la NASA.
En las seis investigaciones,
publicadas en la revista Science, los científicos han analizado sedimentos de
roca procedentes de una zona denominada Yellowknife Bay en el cráter de Gale,
cerca del ecuador marciano. Este cráter de 150 kilómetros de ancho, lugar en el
que aterrizó el Curiosity en 2012, fue la cuenca de un lago de hace 3,6
millones de años que pudo permanecer con agua durante cientos de miles de años,
indican los investigadores.
Los resultados muestran que
esta balsa de agua, probablemente dulce, estaba en calma y tenía elementos
biológicos como carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y azufre, esenciales
para que microbios simples, como los quimiolitoautótrofos -que obtienen energía
de la oxidación de compuestos inorgánicos- pudieran vivir. En la Tierra, estos
organismos habitan en cuevas, en fuentes hidrotermales y se alimentan
descomponiendo rocas y minerales para obtener energía.
"Es importante señalar
que no hemos encontrado indicios de vida en Marte, lo que hemos encontrado es
que el cráter Gale mantuvo un lago en su superficie con condiciones que podrían
haber sido favorables para la vida microbiana hace miles de millones de
años", explica Sanjeev Gupta, miembro de la MSL, investigador del Imperial
College de Londres y unos de los autores de estos estudios.
Gracias al sistema de
perforación del Curiosity, coordinado de forma remota por el equipo de MSL
desde Pasadena (EE UU), los científicos analizaron las muestras recogidas por
el robot. En concreto, se estudiaron las lutitas, unas rocas formadas por
compactación de sedimentos muy finos en condiciones de aguas tranquilas.
"Es emocionante pensar que millones pudo haber existido vida microbiana en
las tranquilas aguas del lago", comenta Gupta.
En estudios anteriores, los
científicos del MSL ya habían encontrado evidencias de agua en la superficie de
Marte en otros sedimentos como rocas conglomeradas. Sin embargo, los nuevos
datos obtenidos aportan las pruebas más claras hasta ahora de que Marte pudo
haber sido lo suficientemente habitable para que la vida se pudiera afianzar.
Misión tripulada a Marte
Además, en uno de los seis
estudios, en el que participa el español Javier Gómez-Elvira, director del
Centro de Astrobiología asociado a la NASA, los investigadores también han
realizado mediciones detalladas de la radiación cósmica y el ambiente de la
superficie de Marte.
Según los científicos, los
datos recogidos proporcionan nueva información sobre los peligros de la
radiación en el planeta rojo que afectarían a una posible misión tripulada.
Estos análisis permitirán averiguar los tiempos de supervivencia de cualquier
posible forma de vida existente y la preservación de firmas biológicas
orgánicas del antiguo ambiente marciano.