ESA
PR 44-2013: La misión Gaia de la ESA
despegó esta mañana desde el Puerto Espacial Europeo en Kourou, Guayana
Francesa, a bordo de un lanzador Soyuz, comenzando su emocionante misión para
censar mil millones de estrellas.
Gaia
generará el mapa más preciso de la Vía Láctea, midiendo con precisión la
posición y el desplazamiento de un 1% de la población de estrellas de nuestra
galaxia. Sus datos nos ayudarán a comprender mejor el origen y la evolución de
nuestro hogar cósmico.
El
vehículo Soyuz, operado por Arianespace, despegó esta mañana a las 09:12 GMT
(10:12 CET). Unos diez minutos más tarde, tras la separación de las tres
primeras etapas del lanzador, se encendió la etapa superior Fregat posicionando
a Gaia en una órbita temporal de aparcamiento a 175 kilómetros de altitud.
La
etapa superior se encendió de nuevo 11 minutos más tarde para situar a Gaia en
su órbita de transferencia, antes de separarse del satélite 42 minutos después
del despegue. Los controladores del centro de operaciones de la ESA en
Darmstadt, Alemania, establecieron el enlace de telemetría y activaron el
control de actitud, y el satélite comenzó a activar sus sistemas.
El
gran parasol que mantiene a Gaia a la temperatura correcta y sobre el que están
instaladas las células solares que generan energía eléctrica para el satélite
se desplegó siguiendo una secuencia automática de 10 minutos, que se completó
88 minutos después del despegue.
Gaia
ya está en camino hacia su órbita definitiva alrededor de un punto virtual de
estabilidad gravitatoria conocido como L2, situado a 1.5 millones de kilómetros
de la Tierra en dirección opuesta al Sol.
Mañana
se enviará un comando para que Gaia realice el primero de los dos encendidos de
sus motores que situarán al satélite en la trayectoria correcta para alcanzar
su órbita definitiva. Dentro de unos 20 días se realizará el segundo encendido,
con el que Gaia quedará en órbita alrededor del punto L2.
La
fase de puesta en servicio, de una duración estimada de cuatro meses, comenzará
durante el viaje hacia el punto L2. En su transcurso se encenderán, comprobarán
y calibrarán todos los sistemas e instrumentos del satélite. Cuando haya
finalizado, Gaia estará preparado para comenzar su misión científica, que se
extenderá a lo largo de cinco años.
El gran parasol de Gaia
bloqueará el calor y la luz del Sol y de la Tierra, proporcionando el entorno
adecuado para que sus sofisticados instrumentos realicen un censo de las
estrellas de la Vía Láctea con una precisión y con un nivel de detalle sin
precedentes.
“Gaia
promete continuar con el legado de la primera misión astrométrica de la ESA,
Hipparcos, lanzada en 1989 para desvelar la historia de la galaxia en la que
vivimos”, comenta Jean-Jacques Dordain, Director General de la ESA.
“Esta
misión se encuentra bien y en camino para empezar a realizar descubrimientos
pioneros sobre la Vía Láctea gracias a la experiencia de la industria espacial
y de la comunidad científica europeas”.
Al
escanear el firmamento de forma repetitiva, Gaia observará cada estrella una
media de 70 veces a lo largo de cinco años, estudiando su posición y sus
propiedades físicas fundamentales, como su brillo, temperatura o composición
química.
Gracias
al ligero cambio de perspectiva provocado por el movimiento de Gaia alrededor
del Sol a lo largo del año, esta misión será capaz de medir la distancia a las
estrellas y, al observarlas repetidas veces a lo largo de toda su misión,
apreciar su desplazamiento sobre el firmamento.
La
posición, el desplazamiento y las propiedades de cada estrella proporcionarán
pistas sobre su historia, y el censo de la Galaxia ayudará a los científicos a
descifrar el ‘árbol genealógico’ de la Vía Láctea.
El
movimiento de las estrellas se puede ‘rebobinar’ para comprender de dónde
vinieron y cómo fue tomando forma la Vía Láctea a través de la fusión de
galaxias más pequeñas a lo largo de miles de millones de años, o ‘avanzar’ para
vislumbrar cuál podría ser su destino.
“Gaia
representa uno de los sueños de los astrónomos a lo largo de toda la historia,
desde las primeras observaciones del astrónomo griego Hiparco, que catalogó la
posición relativa de unas mil estrellas basándose en sus observaciones a simple
vista y aplicando geometría básica”, explica Álvaro Giménez, Director de
Ciencia y Exploración Robótica de la ESA.
“Unos
2.000 años después, Gaia generará un censo estelar sin precedentes y, mientras
lo hace, también descubrirá nuevos asteroides, planetas y estrellas
moribundas”.
Al
comparar los resultados de sus múltiples observaciones del firmamento, Gaia
detectará decenas de miles de supernovas, el canto del cisne de las estrellas
que explotan al agotar su combustible. El minúsculo bamboleo periódico de
algunas estrellas podría indicar la presencia de planetas a su alrededor, que
perturban ligeramente su órbita.
Gaia
también descubrirá nuevos asteroides en nuestro Sistema Solar, y ayudará a
determinar mejor las órbitas de los ya conocidos. Finalmente, esta misión
también pondrá a prueba la famosa teoría de la Relatividad General enunciada
por Albert Einstein.
Al
final de su misión, el archivo de datos de Gaia ocupará más de un petabyte (un
millón de gigabytes, el equivalente a unos 200.000 DVD). El Consorcio de
Procesamiento y Análisis de Datos de Gaia, formado por más de 400 científicos
de distintos centros de investigación de toda Europa, será el responsable de
procesar y analizar todos los datos recogidos por la misión.
“La
misión Hipparcos catalogó 120.000 estrellas; Gaia estudiará 10.000 veces más y
con una precisión 40 veces superior”, explica Timo Prusti, científico del
proyecto Gaia para la ESA.
“Además
de descubrir decenas de miles de nuevos objetos celestes y planetarios, el
archivo de datos de Gaia nos proporcionará una nueva forma de ver nuestro
vecindario cósmico y su evolución, lo que nos permitirá explorar las
propiedades fundamentales de nuestro Sistema Solar, de la Vía Láctea y de
nuestro lugar en el Universo”.
“Tras
años de duro trabajo y determinación, estamos encantados de ver a nuestra
máquina de los descubrimientos en camino hacia el punto L2, donde continuará
con la noble tradición europea de estudiar la posición de las estrellas para
descifrar la historia de la Vía Láctea”, concluye Giuseppe Sarri, responsable
del proyecto Gaia para la ESA.
El
satélite fue diseñado y construido por los equipos de Astrium en Alemania,
Francia y el Reino Unido.