08.05.15.- Un equipo de científicos utilizando el Telescopio Espacial Hubble de la NASA ha descubierto que el inmenso halo de gas que envuelve la galaxia de Andrómeda, nuestra masiva vecina galáctica, es unas seis veces mayor y 1.000 veces más masivo de lo que había sido medido con anterioridad. (La galaxia de Andrómeda, nuestra masiva vecina galáctica, es unas seis veces mayor y 1.000 veces más masivo de lo que había sido medido con anterioridad. Image Credit: NASA/STScI)
El oscuro halo casi invisible se extiende hasta un millón de años luz desde su galaxia, hasta la mitad del camino a nuestra galaxia, la Vía Láctea. Este descubrimiento permitirá a los astrónomos conocer mejor la evolución y estructura de las majestuosas espirales gigantes, uno de los tipos más comunes de galaxias del Universo.
"Los halos son las atmósferas de las galaxias. Las propiedades de estos halos gaseosos controlan el ritmo al que se forman las estrellas en galaxias según los modelos de formación de galaxias", dijo el investigador principal Nicolas Lehner de la Universidad de Notre Dame, Indiana. El enorme halo se estima que contiene la mitad de la masa de las estrellas de la propia galaxia de Andrómeda, en forma de gas difuso y caliente. Si pudiese ser observado a simple vista, el halo tendría 100 veces el diámetro de la luna llena en el cielo. Esto equivale al trozo de cielo cubierto por dos pelotas de baloncesto sostenidas con el brazo estirado.
La galaxia de Andrómeda se encuentra a 2,5 millones de años luz de distancia y se ve como un eje débil, con unos 6 veces el diámetro de la luna llena. Se la considera casi una gemela de la Vía Láctea.
Como el gas del halo de Andrómeda es oscuro, los científicos miraron objetos brillantes del fondo a través del gas, observando cómo cambiaba la luz. Es algo así como ver el resplandor de una luz en el fondo de una piscina por la noche. Las "luces" de fondo ideales para este estudio son los cuásares, núcleos de galaxias activas muy brillantes y lejanos, alimentados por agujeros negros. El equipo empleó 18 cuásares lejanos que se encuentran muy por detrás de Andrómeda para estudiar cómo se distribuye el material más allá del disco visible de la galaxia.
Investigaciones anteriores del programa Espectrógrafo de Orígenes Cósmicos (COS) estudiaron 44 galaxias distantes y encontró halos como el de Andrómeda, pero nunca antes se ha visto un halo tan masivo en una galaxia vecina. Debido a que las galaxias estudiadas previamente estaban mucho más lejos, parecían mucho más pequeñas en el cielo. Sólo un quasar se pudo detectar detrás de cada galaxia lejana, proporcionando sólo una luz como punto de anclaje para mapear su tamaño y la estructura de halo. Con su proximidad a la Tierra y su correspondiente huella grande en el cielo, Andrómeda ofrece un cada vez más amplio muestreo de un lote de cuásares de fondo.
"Cuando la luz del cuásar viaja hacia el telescopio Hubble, el gas del halo absorbe parte de esa luz y hace que el cuásar se vea un poco más oscuro en un pequeño intervalo de longitudes de onda", dijo J. Christopher Howk, coautor también de Notre Dame. "Midiendo la caída del brillo en ese intervalo podemos saber cuánto gas hay entre nosotros y ese cuásar".
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