(EUROPA PRESS) - Una investigación de la Universidad de Sheffield ha resuelto un largo misterio que rodea a la evolución de las galaxias, profundizando en nuestra comprensión del futuro de la Vía Láctea.
Los agujeros negros supermasivos en los núcleos de algunas galaxias expulsan chorros masivos de gas de hidrógeno molecular. Como resultado, la mayor parte del gas frío es expulsado de las galaxias. Dado que se requiere gas frío para formar nuevas estrellas, esto afecta directamente a la evolución de las galaxias.
Estos procesos son ahora un ingrediente clave en los modelos teóricos de la evolución de las galaxias, pero ha sido durante mucho tiempo un misterio en cuanto a la forma en que se aceleran.
Un estudio dirigido por investigadores del departamento de Física y Astronomía de laUniversidad de Shefield, con socios del Instituto Holandés de Radioastronomía y el Centro de Astrofísica Harvard, proporciona la primera evidencia directa de que los flujos moleculares son acelerados por chorros energéticos de electrones que se mueven casi a la velocidad de la luz. Estos chorros son propulsados por los agujeros negros supermasivos centrales.
Utilizando el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo del Sur (ESO) en Chile para observar la galaxia cercana IC5063 galaxia, los investigadores encontraron que el gas de hidrógeno molecular se está moviendo a velocidades extraordinarias - de un millón de kilometros por hora - en los lugares de la galaxia donde sus chorros impactan con regiones de gas denso.
EL DESTION FINAL DE LA VÍA LÁCTEA
Estos resultados ayudan a comprender aún más el destino final de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, que chocará con la galaxia vecina Andrómeda en unos 5.000 millones de años. Como resultado de esta colisión, el gas se concentrará en el centro del sistema, alimentando su agujero negro supermasivo, lo que podría dar lugar a la formación de chorros que luego expulsarán el gas restante de la galaxia - como ya observamos en IC5063.
Clive Tadhunter, del Departamento de Física y Astronomía de Sheffield, dijo: "Gran parte del gas en los flujos de salida se encuentra en la forma de hidrógeno molecular, que es frágil en el sentido de que se destruye a energías relativamente bajas. Es extraordinario que el gas molecular pueda sobrevivir siendo acelerado por chorros de electrones que se mueven casi a la velocidad de la luz".
Los resultados del estudio se han publicado en la revista Nature.