AEInfo, 26 de julio, 2016. A nueve horas y 180 kilómetros de alcanzar su destino final en Abu Dhabi, Dubai, el protagonista de la primera vuelta al mundo realizada a bordo de un avión solar recibió hoy (25 de julio) una llamada por Skype del Secretario General de la ONU.
Ban Ki-moon felicitó calurosamente a Bernard Piccard, el piloto suizo de 58 años, y le expresó profunda admiración y respeto por su coraje para demostrar las virtudes de la energía renovable con esta vuelta al mundo que empezó en marzo de 2015.
“Este no es sólo un día histórico para ustes sino para toda la humanidad. Me honra verlo a pocas horas de su aterrizaje en Abu Dhabi. Usted acaba su travesía, pero el trayecto hacia un mundo sostenible recién comienza. Con su visión, determinación, valentía, inspiración y ejemplo, nos está conduciendo a ese futuro. Gracias por enviar este mensaje de sostenibilidad a todo el mundo”, dijo Ban.
El viaje a bordo del avión Solar Impulse 2, primero en la historia de la aviación, comenzó en marzo de 2015 en la misma ciudad donde tiene previsto aterrizar en Dubai. Recorrió más de 40,000 kilómetros sin consumir otro combustible que la energía solar, superando obstáculos técnicos, meteorológicos, humanos y operacionales.
Piccard agradeció al Secretario General sus palabras de estímulo y alegría por el trabajo desplegado por su equipo durante el último año y medio para hacer este sueño realidad.
“Espero que con el éxito de esta travesía los líderes del mundo y los de las industrias puedan entender los valores de la tecnología limpia y renovable. Esta es la meta para lograr un mundo mejor. No podemos sentarnos y esperar que el mundo sea destruido por la contaminación. El Solar impulse es un ejemplo, junto a otros, de lo que se puede hacer”, dijo Piccard, quien también es Embajador de Buena Voluntad del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA).
En junio pasado, el titular de la ONU tuvo la oportunidad de visitar el Solar Impulse 2 durante la escala que realizó en el aeropuerto John F. Kennedy de la ciudad de Nueva York.
El avión está hecho de fibras de carbono y tiene una longitud de 72 metros. Vuela gracias a unas baterías que almacenan la energía solar, captadas por unas 17,000 células fotovoltaicas ubicadas en las alas.