El Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA (LRO) ha proporcionado evidencias de que la actividad volcánica de la Luna se redujo gradualmente. No se cortó abruptamente hace 1.000 millones de años, como se creía hasta ahora.
Se estima que decenas de depósitos de roca observados por LRO tienen menos de 100 millones de años. Este período de tiempo corresponde al período Cretácico de la Tierra. Algunas áreas pueden tener, incluso, menos de 50 millones de años, según han señalado los expertos, quienes apuntan que este hallazgo "va a hacer que los geólogos rescriban los libros de texto sobre el satélite".
Hasta ahora, se sabía la existencia de un área más grande, llamada Ina, que ha sido estudiada y fotografiada desde la órbita lunar por los astronautas del Apolo 15. Ina parecía ser una característica única, hasta que los investigadores de la Universidad Estatal de Arizona y de laUniversidad Westfälische Wilhelms de Alemania, descubrieron muchas regiones similares en imágenes de alta resolución tomadas por LRO. En total, el equipo identificó un total de 70 zonas de este tipo en el lado de la Luna más cercano a la Tierra.
En el trabajo, que ha sido publicado en 'Nature Geoscience', se explica que los depósitos de rocas se dispersan a través de las llanuras volcánicas oscuras de la Luna y se caracterizan por una mezcla de círculos, montículos suaves y poco profundos, junto a parches de terreno accidentado.
El gran número de estas rocas y su amplia distribución sugieren que la actividad volcánica de la última etapa no era una anomalía, sino una parte importante de la historia geológica de la Luna. El número y el tamaño de los cráteres dentro de estas áreas indica que los depósitos son relativamente recientes, informa la NASA.
LAS LLANURAS SON MUCHO MÁS ANTIGUAS
En contraste, las llanuras volcánicas que rodean estas regiones distintivas son atribuidas a la actividad volcánica que se inició hace cerca de 1.500 millones de años y terminó hace unos 1.000 millones años. Por ello, se pensaba que toda la actividad volcánica en la luna había cesado. Una creencia que el nuevo estudio contradice.
Estos resultados tienen implicaciones importantes para cómo se cree que es el cálido interior de la Luna. "La existencia y la edad de los parches nos dicen que el manto lunar tuvo que permanecer lo suficientemente caliente como para proporcionar el magma de las erupciones de pequeño volumen que crearon estas características inusuales más jóvenes", ha apuntado una de las autoras del estudio, Sarah Braden.
De hecho, la nueva información es difícil de conciliar con lo que actualmente se piensa acerca de este tema. "Estas jóvenes características volcánicas serán los principales objetivos para la exploración futura, tanto en robótica y humana", ha indicado el investigador Mark Robinson.