La NASA ha seleccionado nuevos instrumentos que observarán los cambios en la vegetación global desde la Estación Espacial Internacional.
Los sensores darán a los científicos nuevas formas de ver cómo los bosques y los ecosistemas se ven afectados por los cambios en el clima o en el uso del suelo.
Un espectrómetro de imágenes de alta resolución en múltiples longitudes de onda fabricado por el JPL (Jet Propulsion Laboratory) estudiará la eficacia del uso del agua por la vegetación. Este instrumento se completará en 2018 con coste no superior a 30 millones de dólares. Un sistema basado en láser de la Universidad de Maryland, College Park,observará la estructura del dosel del bosque.Este instrumento se completará en 2019 con un presupuesto de 94 millones de dólares.
Simon Hook, del JPL, es el investigador principal para el experimento ECOSTRESS (ECOsystem Spaceborne Thermal Radiometer Experiment on Space Station). Este proyecto utilizará un radiómetro infrarrojo térmico de alta resolución para medir la evapotranspiración de la planta, la pérdida de agua de las hojas de cultivo y la evaporación del suelo. Estos datos revelan cómo los ecosistemas cambian con el clima y proporcionan un vínculo crítico entre el ciclo del agua y la eficacia del crecimiento de las plantas, tanto naturales como agrícolas.
Por su lado, Ralph Dubayah, de la Universidad de Maryland, es el investigador principal de GEDI (Global Ecosystem Dynamics Investigation). Este proyecto utilizará un sistema basado en láser para estudiar una amplia gama de climas, incluyendo la observación de la estructura de la cubierta forestal en los trópicos, y la tundra en las altas latitudes del norte. Estos datos ayudarán a los científicos a comprender mejor los cambios en el almacenamiento del carbono natural, las emisiones con influencia humana y las variaciones naturales del clima.
La Estación Espacial Internacional ofrece varias capacidades en órbita útiles para ambos instrumentos. La órbita de la estación espacial está inclinada con respecto a los polos, proporcionando más tiempo de observación de los bosques y la vegetación sobre las masas de tierra de clima templado. Además, la relativamente baja altitud de la órbita de la estación (418 kilómetros), garantiza un mayor retorno de la energía para los pulsos de láser reflejados desde el suelo.