La NASA y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA ) han publicado las primeras imágenes captadas por su nuevo satélite de observación terrestre más reciente, el GPM Core Observatory, que se lanzó al espacio 27 de febrero, y es capaz de medir la precipitaciòn global, tanto sólida como líquida.
Las imágenes muestran la precipitación que cae en el interior de un ciclón el pasado 10 de marzo al noroeste del Océano Pacífico, a unos 1.000 kilómetros al este de Japón . Los datos fueron recogidos por los dos instrumentos a bordo del satélite: el radar de precipitación de doble frecuencia (DPR) de la JAXA, que crea una imagen de una sección transversal tridimensional de la tormenta; y el GPM Microwave Imager, de la NASA, que observó la precipitación a través de una amplia franja.
Las capacidades del satélite son evidentes en las primeras imágenes del ciclón. Ciclones como el fotografiado -un ciclón extra tropical- ocurren cuando las masas de aire caliente chocan con las masas de aire frío al norte o al sur de los trópicos. Estos sistemas de tormentas pueden producir lluvia, nieve, hielo, fuertes vientos y otras condiciones climáticas severas. En estas primeras imágenes, el frente cálido por delante del ciclón muestra una amplia área de la precipitación -en este caso, lluvia - con una banda más estrecha de precipitación asociada con el frente frío que se arrastra hacia el suroeste. La nieve se ve caer en el extremo norte de la tormenta.
DISTINGUE LLUVIA Y NIEVE
El instrumento GMI tiene 13 canales que miden la energía natural que irradia la superficie de la Tierra y también por la precipitación en sí. Gotas de agua líquida y partículas de hielo afectan a la energía de microondas de manera diferente, por lo que cada canal es sensible a un tipo de precipitación diferente. Con la incorporación de cuatro nuevos canales, el Observatorio Core GPM es la primera nave espacial diseñada para detectar lluvia y nieve desde el espacio.
Además de ver todos los tipos de lluvia, los avances tecnológicos de GMI permiten identificar estructuras de lluvia tan pequeñas como de 5 a 15 kilómetros de diámetro.
El instrumento DPR añade otra dimensión a las observaciones. El radar envía señales que rebotan en las gotas de lluvia y los copos de nieve para revelar la estructura 3D de toda la tormenta. Como en el GMI, sus dos frecuencias son sensibles a diferentes tamaños de las partículas de lluvia y nieve. Una frecuencia detecta fuertes lluvias y moderadas. Una nueva segunda frecuencia del radar es sensible a la lluvia ligera y las nevadas.
Publicado
http://www.europapress.es/ciencia/noticia-primeras-imagenes-nuevo-satelite-mide-lluvia-nieve-espacio-20140408135143.html