La investigación se ha llevado a cabo analizando los lugares donde han impactado estos objetos en años recientes y con el apoyo de los datos recogidos por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (OTPCE) del gobierno estadounidense. Este departamento, tiene una red de sensores que capta explosiones atómicas hechas de manera clandestina.
Del mismo modo, el trabajo ha determinado que la mayoría de estas rocas espaciales se desintegraron en lo alto de la atmósfera, de manera que sus daños en el planeta han sido mínimos. También hay ejemplos de meteoritos que, al caer sobre el océano, no han podido ser tan observables como el que cayó en 2013 de la localidad rusa de Chelyabinsk, a pesar de que su tamaño era similar.
La Fundación B612 ha explicado que los datos de la CTBTO sugerirían que la Tierra es golpeada por un asteroide de varios megatones --lo suficientemente grande como para destruir una ciudad importante--aproximadamente cada 100 años. En este sentido, han recordado el evento de Tunguska de 1908.
"Esto es un poco como los terremotos. En las ciudades que tienen un mayor peligro --Tokio, Los Ángeles, San Francisco-- se sabe cuáles son las probabilidades de grandes terremotos observando cuántos movimientos pequeños. Si podemos medir los asteroides pequeños que golpean la Tierra se podrá calcular cuándo llegará uno grande y peligroso", ha apuntado el director general de la fundación y exastronauta, Ed Lu.
Este grupo de expertos ha apoyado la creciente preocupación actual que las agencias espaciales tiene por los impactos de asteroides y que ha provocado el inicio de varias misiones destinadas a conocer más sobre estos cuerpos y su frecuencia alrededor del planeta.
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