domingo, 16 de agosto de 2015

El gran día de Rosetta junto al Sol

15 agosto 2015 - La sonda Rosetta de la ESA fue testigo de cómo el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko alcanzaba el punto más cercano al Sol de su órbita. El cometa pasó por el perihelio el 13 de agosto a las 02:03 GMT, a una distancia de 186 millones de kilómetros del Sol.

Desde la llegada de Rosetta al cometa el año pasado, 67P ha recorrido unos 750 millones de kilómetros a lo largo de su órbita. A medida que se aproxima al Sol, su núcleo se va calentando y sus hielos se subliman y son expulsados al espacio en forma gaseosa, arrastrando con ellos las partículas de polvo que componen la cola y la atmósfera del cometa – o ‘coma’.
Acercándose al perihelio – animación

La actividad del cometa ha ido en aumento hasta alcanzar su máximo en las proximidades del perihelio, tal y como se puede apreciar en las espectaculares imágenes recogidas por Rosetta a lo largo de los últimos meses. La cámara de navegación de Rosetta fotografió el cometa a la 01:04 GMT, justo una hora antes de pasar por el perihelio, desde una distancia de 327 kilómetros. 

La cámara científica de Rosetta también tomó una fotografía del cometa a las 23:31 GMT del 12 de agosto, apenas unas horas antes de que alcanzase el perihelio. En ella se pueden distinguir un gran número de chorros de polvo y gas emanando del núcleo, y los restos de una gran explosión de materia registrada a las 17:35 GMT de ese mismo día. 

“La actividad del cometa seguirá a este nivel varias semanas, y estamos deseando ver cuántos chorros y explosiones podemos capturar in fraganti, como los que ya hemos fotografiado estas últimas semanas”, explica Nicolás Altobelli, científico en funciones del proyecto Rosetta.
El cometa en el perihelio

Las medidas tomadas por Rosetta indican que el cometa está expulsando unos 300 kg de vapor de agua cada segundo, el equivalente a dos bañeras. Estos niveles son unas mil veces superiores a los registrados hace un año, cuando Rosetta se encontró con el cometa por primera vez. Por aquel entonces la tasa de emisión era de 300 gramos por segundo, el equivalente a dos vasos pequeños. 

El núcleo del cometa también está perdiendo unos 1.000 kg de polvo cada segundo, creando un peligroso entorno de trabajo para Rosetta. 

“Nos hemos visto obligados a alejarnos un poco más del cometa estos días. Esta semana nos encontramos a una distancia de entre 325 y 340 kilómetros, para que los sensores de estrellas de Rosetta puedan operar sin las interferencias provocadas por el polvo. Sin la información de estos instrumentos, Rosetta no sería capaz de orientarse en el espacio”, aclara Sylvain Lodiot, responsable de las operaciones de la sonda Rosetta. ESA




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