La Agencia Espacial Europea (ESA) ha lanzado los satélites Galileo 5 y 6, desde el Puerto Espacial de Kourou (Guayana Francesa), que permitirán que el sistema de navegación europeo entre en fase operativa "plena", después de que el despegue fuera cancelado este jueves debido a las condiciones meteorológicas.
La operación, con el lanzador Soyuz VS09, se ha realizado a las 14:27 (hora peninsular española). Transcurridos 9 minutos y 23 segundos, la etapa superior del Fregat, que contiene la carga útil, se ha separado de la tercera etapa del lanzador, según ha informado la ESA.
Los satélites lanzados se separan, según lo previsto, en una órbita de vuelo libre a unos 23.000 kilómetros por encima de la Tierra, cuando han transcurrido casi cuatro horas del lanzamiento.
Fase de "operativa plena del sistema"
Con el lanzamiento de estos dos nuevos satélites, el sistema de navegación europeo Galileo cuenta ya con un total de seis en órbita y ha entrado por ello en la fase de "capacidad operativa plena del sistema", según el comisario de Industria y Empresa, Ferdinando Nelli Feroci.
Los satélites, bautizados como Doresa y Milena, son los primeros de un grupo que posee en exclusiva la UE y mejorarán de forma gradual la disponibilidad y la cobertura de la señal de Galileo y avanzar en su plena operatividad.
El Ejecutivo comunitario, que invertirá en el programa un total de 7.000 millones de euros hasta 2020, espera que la constelación de satélites aumente hasta 30 y el sistema esté plenamente operativo antes de esa fecha.
Una vez que esté plenamente operativo, Galileo ofrecerá un Servicio Abierto de acceso gratuito para el posicionamiento, navegación y temporalización utilizando la señal de doble frecuencia del sistema.
También permitirá un Servicio Público Regulado encriptado y con aplicaciones más avanzadas adicionales, fundamentalmente dirigido para operaciones del sector público, así como servicios comerciales de pago previo, un Servicio de Búsqueda y Rescate que asistirá en la localización de personas, barcos y aviones en peligro y un abanico de servicios dirigidos al control de la seguridad, por ejemplo de sistemas de transporte.
No obstante, los servicios iniciales de Galileo estarán disponibles antes de que alcance su plena capacidad operativa y las primeras versiones de sus servicios estarán disponibles en 2015.
Navegación con más precisión
Galileo ofrecerá una versión temprana del Servicio Abierto para teléfonos inteligentes y navegación por satélite en el coche.
También contribuirá al servicio COSPAS-SARSAT, la herramienta internacional para localizar a gente en peligro y la versión piloto del Servicio Público Regulado, que fue lanzado en agosto de 2013 y que actualmente está siendo probado por siete Estados miembro.
Además, se espera que los primeros servicios comerciales de Galileo, cuyas demostraciones se han lanzado este verano, comiencen en 2016.
En ese sentido, las señales de Galileo permitirán a los usuarios conocer su posicionamiento exacto en el tiempo y en el espacio, con una precisión y una fiabilidad mayores que con los sistemas existentes en la actualidad. Galileo será compatible con sistemas similares existentes e interoperable aunque autónomo en el caso de algunos de sus servicios.
Un sistema que perfecciona el GPS
El sistema de navegación Galileo es la apuesta europea para competir con el GPS estadounidense y el Glonass ruso.
La Comisión Europea (CE) ha invertido unos 13.000 millones de euros, aunque parte de ese presupuesto le corresponde al predecesor de Galileo, Egnoss, que entró en servicio en 2009 y perfecciona la exactitud del GPS.
Algunos países, como el Reino Unido y Holanda, eran reticentes a destinar dinero público al proyecto europeo, que sí gozó del firme impulso de Francia y Alemania.
También en el plano industrial ha habido escollos hasta concretarse el proyecto. Las matrices de lo que hoy son las empresas Thales Alena Space y Airbus dudaban sobre la rentabilidad del programa, inicialmente concebido como una asociación público-privada y finalmente financiado a través de las arcas públicas.
Mientras, Washington presionaba a Bruselas ante el temor de que la señal de Galileo pudiera interferir en las aplicaciones de su GPS e intentaba convencer a Europa de que abandonara el proyecto y se conformara con el sistema de geolocalización estadounidense.
Los primeros satélites se lanzaron en 2011
Superados esos y otros escollos, el proyecto se relanzó en 2007 y, de pronto, Berlín esgrimió razones financieras para votar en contra de su desarrollo.
Tres años después, la empresa alemana OHB, en cooperación con la británica Surrey Technology, ganó los concursos para fabricar el grueso de los satélites de la constelación.
Pero al verse superada por la complejidad del encargo e incurrir en nuevos retrasos, la ESA recurrió a los gigantes Thales Alena Space y EADS (ahora Airbus) para rescatar a la desvalida empresa germana y, finalmente, los primeros satélites de prueba de Galileo pudieron enfilar la rampa de lanzamiento en 2011.
Según las previsiones de Bruselas, Galileo tendrá un impacto económico de 90.000 millones de euros en los próximos 20 años en un sistema productivo que ya basa entre el seis y el siete por ciento de su producto interior bruto (PIB) en sistemas de navegación.