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El cúmulo estelar NGC 6193 y la nebulosa NGC 6188. Image Credit: ESO |
Este espectacular paisaje en la constelación austral de Ara (el Altar) es un tesoro de objetos celestes. Cúmulos de estrellas, nebulosas de emisión y regiones activas de formación estelar son sólo algunas de las riquezas que se observan en esta zona que se encuentra a unos 4.000 años luz de la Tierra.
Esta hermosa nueva imagen es la vista más detallada de esta parte del cielo obtenida hasta el momento, y fue tomada con el VST, el telescopio de rastreo del VLT, instalado en el Observatorio Paranal de ESO, en Chile.
En el centro de la imagen vemos el cúmulo abierto NGC 6193, que contiene alrededor de treinta estrellas brillantes y da forma al corazón de la asociación Ara OB1. Las dos estrellas más brillantes son estrellas gigantes muy calientes. Juntas, son la fuente principal de iluminación de la cercana nebulosa de emisión, la nebulosa del Borde o NGC 6188, visible a la derecha del cúmulo.
Una ‘asociación estelar’ es un gran grupo de estrellas, unidas por un lazo gravitatorio menos intenso que el de otro tipo de cúmulos, y que aún no se han separado por completo para quedar a la deriva, conservando un vínculo con su lugar de formación inicial. Las asociaciones OB consisten, principalmente, en estrellas blancoazuladas muy jóvenes, que son, aproximadamente, 100.000 veces más brillantes que el Sol y entre 10 y 50 veces más masivas.
La nebulosa del Borde es el prominente muro de nubes oscuras y brillantes que marca el límite entre la región de formación estelar activa dentro de la nube molecular (conocida como RCW 108) y el resto de la asociación. El área que rodea a RCW 108 está compuesta, en su mayor parte, de hidrógeno, el ingrediente principal para la formación de estrellas. Dichas zonas también son conocidas como regiones H II.
La radiación ultravioleta y el intenso viento estelar de las estrellas de NGC 6193 parecen estar desencadenando el nacimiento de la próxima fuente de formación estelar en las nubes de gas y polvo circundantes. A medida que los fragmentos de nubes colapsan, se calientan y, con el tiempo, acaban formando nuevas estrellas.
A medida que la nube crea nuevas estrellas, simultáneamente está siendo erosionada por los vientos y la radiación emitida por estrellas anteriores y por las violentas explosiones de supernova. De este modo, dichas regiones H II de formación estelar, tienden a tener una vida útil de sólo unos pocos millones de años. La formación de estrellas es un proceso muy ineficiente, ya que sólo alrededor del 10% del material contribuye al proceso y el resto se esparce por el espacio.
La nebulosa del Borde también muestra signos de estar en una fase temprana de la "formación de pilares", lo que significa que, en el futuro, podría terminar pareciéndose a otras regiones de formación estelar muy conocidas, como la nebulosa del Águila (Messier 16, que contiene los famosos “Pilares de la creación”) y la nebulosa del Cono (parte de NGC 2264).
Esta espectacular imagen fue creada a partir de más de 500 fotos individuales tomadas con cuatro filtros de diferente color con el telescopio de rastreo del VLT. El tiempo de exposición total fue de más de 56 horas. Hasta el momento, es la imagen de esta región más detallada que existe.