FRÁNCFORT (Reuters) - La sonda europea que se posó en un cometa, en un hito histórico para la exploración espacial, descansa a la sombra de un risco, a cerca de un kilómetro de distancia del lugar inicialmente previsto, informó el jueves la Agencia Espacial Europea.
La sonda, llamada Philae, fue lanzada desde la nave espacial Rosetta el miércoles mientras orbitaba al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, en la culminación de una odisea de 10 años para la Agencia Espacial Europea (ESA, por su sigla en inglés).
Sin embargo, los arpones diseñados para anclar la sonda a la superficie tuvieron una falla de despliegue y rebotó dos veces antes de detenerse dos horas después.
La ESA necesita analizar los datos enviados a la Tierra desde una distancia de 500 millones de kilómetros para conocer su localización exacta.
"No estamos exactamente en el lugar que queríamos", dijo en una conferencia de prensa el científico que lideró el descenso, Jean-Pierre Biebring.
La ESA publicó imágenes del cometa y de la sonda de 100 kilos -virtualmente sin peso sobre la superficie rocosa actual- y aseguró que funciona con normalidad.
"No pongan énfasis en el fallo de los sistemas, lo que logramos es maravilloso", señaló Biebring.
En las sombras, los paneles solares de Philae, que tienen la misión de dar energía a la sonda cuando se acaben sus baterías el viernes, solo recibirán una hora y media de luz solar a diario, en lugar de las seis o siete esperadas inicialmente.
La sonda podría intentar usar su dispositivo de aterrizaje para impulsarse y salir de las sombras, pero la ESA debe conocer de forma más exacta dónde está antes de intentar la arriesgada maniobra, dijeron científicos del centro de operaciones espaciales de la ESA en Darmstadt, Alemania.
También parece que solo dos de sus tres patas están posadas en el suelo, despertando dudas sobre si puede perforar sin volcarse o rebotar de vuelta al espacio.
Los científicos esperan que las muestras obtenidas del cometa por Philae revelen detalles sobre cómo los planetas -y posiblemente, incluso la vida- evolucionaron, dado que la roca y hielo que componen a los cometas preservan moléculas orgánicas antiquísima, al estilo de una cápsula de tiempo.
Los cometas datan de la época de la formación del sistema solar, hace unos 4.600 millones de años. Los científicos sospechan que cometas que cayeron sobre la Tierra trajeron el agua al planeta en el pasado remoto.
La ESA aseguró que, incluso sin la perforación, la misión Rosetta -que cuesta unos 1.400 millones de euros (1.700 millones de dólares)- ya está consiguiendo datos e imágenes pioneros.
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