México, Dic.- La trayectoria de un asteroide potencialmente peligroso, como el 2003 SD220 (Foto) que pasará a siete veces la distancia Tierra-Luna el 22 de este mes, debe ser vigilada de manera constante aun cuando su posibilidad de impacto con el “planeta azul” es baja.
Para que un asteroide sea considerado potencialmente peligroso, debe ser mayor a 140 metros, y debe pasar a 20 veces o menos la distancia Tierra-Luna, explicó la investigadora del Departamento de Ciencias Espaciales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Guadalupe Cordero Tercero.
De acuerdo con el Centro de Estudio de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS, por sus siglas en inglés) de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) se estima que 2003 SD220, tiene un tamaño entre 920 metros y 2.1 kilómetros.
En entrevista con Notimex, la investigadora explicó que el choque de un objeto de las dimensiones de 2003 SD220, el cual según la NASA se podría estrellar con la Tierra en el siglo XXII, podría ser riesgoso.
El 15 febrero de 2013, un bólido entró en la atmosfera a más de 11 millas por segundo, para después explotar a 14 millas sobre el suelo, en Chelyabinsk, Rusia.
La explosión del suceso liberó la energía equivalente a unas 440 mil toneladas de TNT, la onda de choque que rompió ventanas a más de 200 millas cuadradas, dejó cerca de mil 600 personas heridas.
Se estima que al año entran a la atmosfera de la Tierra el equivalente a 14 mil toneladas de ese material, esto es la masa de mil 100 tráileres.
“Todos los días a todas horas entran objetos. Si estuviéramos lejos de una ciudad, dependiendo del mes, día y hora, se podrían ver entre cinco y 15 meteoros por hora. Son objetos de micras, milímetros”, dijo.
Otros cálculos indican que un objeto de un metro o de mayor tamaño cae en algún lugar de la Tierra cada cuatro días; objetos de 17 metros uno cada 17 años.
“Si me preguntaran si un asteroide impactará la Tierra, diría que sí pero no sé sabe cuándo, puede ser hoy o en 10 millones de años, por ello es importante estudiarlos”, señaló.
Para el estudio de estos bólidos los científicos usan radares terrestres, los cuales emiten una señal que rebota en el asteroide y devuelven datos de donde se obtiene tamaño, forma y periodo de rotación.
“Estudiando su órbita y cómo se comporta con las perturbaciones gravitacionales del entorno, vemos que se puede estrellar en 20 o 30 años”, sostuvo.
Cordero Tercero mencionó que existen varios métodos los cuales se piensa pueden servir para desviar la órbita de los asteroides, sin embargo, se deben llevar a cabo con anticipación pues si se hace un año ante
Uno de estos sistemas, dijo, es el “gotcha espacial”, donde se mandan varias naves espaciales a pintar el asteroide para aumentar el efecto Yarkovsky, el cual modifica las órbitas de los bólidos como resultado de la forma en que éstos absorben la radiación del Sol en una de sus caras y lo reirradian mientras rota.
La científica indicó que este proceso no se nota a simple vista desde la Tierra, pero la luz solar mueve a los asteroides porque se comporta como onda cuando viaja, y actúa como partícula al interactuar con los objetos.
“Cuando la luz solar impacta los asteroides, los fotones le pegan y dependiendo del tamaño del objeto se mueve a lo largo de los años. Entonces si los pintamos este efecto de golpeteo aumenta y va a amover más rápido el asteroide pero como es un efecto lento necesita más tiempo”, apuntó.
Cordero Tercero dijo que partir un objeto de esta naturaleza en cientos de pedazos es peligroso para la Tierra, porque se tendría una gran cantidad de residuos mismos que podrían impactar con el “planeta azul”.
La siguiente vez que, 2003 SD220, pase a esa distancia será el 20 de diciembre de 2070. “Estos objetos le dan una vuelta al Sol una vez cada dos años.
Sobre el meteoro que iluminó el cielo mexicano el pasado 8 de diciembre, Cordero Tercero, dijo es probable haya sido un objeto menor a dos metros. Sin embargo, este se pudo haber desecho por completo en la atmosfera.
“Por lo que pude ver en los videos el objeto no se fragmentó, sólo emitió mucha luz. Sería maravilloso poder obtener la meteorita, pues son capsulas del tiempo”,
La científica dijo que para saber el lugar donde cayó la meteorita, es necesario tener datos de distintas vistas, para triangular la información y dar con la ubicación exacta del objeto.