El telescopio espacial James Webb de la NASA buscará a través de grandes distancias para encontrar las primeras estrellas y galaxias y estudiar las atmósferas de mundos misteriosos que orbitan otras estrellas. Pero el observatorio también investigará objetos en la propia vecindad de la Tierra: planetas, lunas, cometas y asteroides en nuestro sistema solar.
Estos estudios ayudarán a los científicos a comprender más sobre la formación del sistema solar y cómo se convirtió la Tierra en un planeta capaz de soportar la vida.
"El telescopio espacial James Webb será una herramienta innovadora para el estudio de los objetos del sistema solar y puede ayudar a retomar la ciencia planetaria en un nuevo nivel", dijo Stefanie Milam, científico adjunto del proyecto del telescopio James Webb para la ciencia planetaria en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.
Programado para su lanzamiento en 2018, el telescopio James Webb llevará cuatro instrumentos científicos que utilizará para tomar imágenes y recoger información sobre las características físicas y las composiciones de los objetos astronómicos. En conjunto, estos instrumentos cubrirán las partes corta y media del espectro infrarrojo, incluyendo las longitudes de onda que son importantes en la búsqueda de agua y otras pistas sobre la evolución y la probabilidad de habitabilidad de un sistema planetario.
Desde su punto de mira de un millón de millas más allá de la Tierra, el telescopio Webb tendrá una vista espectacular de los objetos del sistema solar. Será una órbita alrededor del Sol en una posición llamada el punto Lagrange 2, o L2, lo que ayudará a mantener estable la temperatura del telescopio.
Los científicos proyectan utilizar el telescopio para controlar el ciclo del agua en Marte, observar los patrones del clima de Titán la luna de Saturno y descubrir nuevos anillos alrededor de los planetas gigantes. Los cometas podrán ser rastreados, y se podrá calcular el agua y los gases que se liberan durante sus viajes. El hielo y los minerales podrán ser identificados en las superficies de las lunas, los asteroides y los distantes planetas menores. Todo con el objetivo de ayudar a los investigadores a entender mejor la evolución de nuestro sistema solar.
El principal objetivo para el que ha sido diseñado el telescopio James Webb, es para detectar la débil luz de las primeras estrellas del universo y no para observar las más brillantes como se ha venido haciendo hasta ahora. Esto ayudará a los científicos a refinar sus modelos de cómo se formó nuestro sistema solar y como evolucionó la tierra para sustentar la vida. NASA