Londres, 23 jun (EFE).- La superficie de Marte experimentó frecuentes corrimientos de escombros como consecuencia de la existencia "reciente" de agua corriente en el planeta rojo, según publica hoy la revista británica "Nature".
La investigación, desarrollada por un grupo de expertos en Holanda, Alemania, Reino Unido y Suecia, asegura que Marte tuvo hasta hace "relativamente poco tiempo" un "entorno mucho más dinámico" que el actual.
"La existencia de agua líquida es ahora extremadamente rara en Marte, pero fue más abundante durante periodos de alta oblicuidad durante el último millón de años. Esto está demostrado por la presencia generalizada de barrancos de latitud media: pequeños sistemas de captación con forma de abanico", explican los autores en el texto.
Marte, recuerdan, es ahora un planeta "muy frío y seco", lo que unido a su "ligera atmósfera", convierte la existencia de agua en su superficie en un fenómeno "excepcional".
No obstante, los últimos descubrimientos de barrancos bien conservados y de depósitos creados por corrimientos de escombros en las laderas de cráteres sugieren que estos atributos geomorfológicos han sido esculpidos por la acción de agua corriente en un tiempo geológico "reciente".
El experto al frente de esta investigación, Tjalling de Haas, de la Universidad de Utrecht (Holanda), y sus colegas han analizado las características una de las caras del cráter Istok, que tiene una antigüedad máxima de un millón de años, y calcularon el tamaño de los corrimientos o "flujos" de escombros y el volumen de agua presente.
Los científicos sostienen que en "las áreas de captación" de la ladera del cráter orientada hacia el polo norte de Marte se acumularon "centímetros de agua líquida" por efecto del deshielo, lo que provocó "frecuentes flujos de escombros".
Según ellos, el deshielo en esas zonas de Marte debió de producirse en "periodos cíclicos" de clima más templado, generados por cambios en la órbita del planeta.
En consecuencia, apuntan, los resultados de este estudio indican que en las áreas de captación se acumularon volúmenes de nieve y hielo "mucho más grandes" de lo que creía hasta ahora la comunidad científica.
También afirman que las laderas marcianas que presentan la misma orientación que la estudiada en el cráter Istok son "entornos extremadamente activos", donde "la frecuencia del flujo de escombros" fue similar a la de la Tierra en un pasado geológico "muy reciente".