En esta intrigante nueva imagen vemos cómo Lupus 4, una burbuja de gas y polvo en forma de araña, oculta las estrellas de fondo como lo haría una nube gris en una noche sin luna.
Aunque ahora se vea encapotado, es en estas densas burbujas de materia, que se encuentran en el interior de nubes como Lupus 4, donde se forman nuevas estrellas y donde, más tarde, nacerán radiantes. La imagen ha sido captada por el instrumento Wide Field Imager, instalado en el telescopio MPG/ESO de 2,2 metros de ESO, en el Observatorio La Silla, en Chile.
Lupus 4 está situado a unos 400 años luz de la Tierra, a caballo entre las constelaciones de Lupus (el Lobo) y Norma (la Plaza del Carpintero). La nube forma parte de un grupo de nubes oscuras que se encuentran un cúmulo estelar disperso llamado la Asociación de estrellas OB de Escorpio-Centauro. Una asociación OB es una agrupación relativamente joven, pero muy dispersa, de estrellas. Probablemente las estrellas hayan tenido un origen común, naciendo juntas en una gigantesca nube de material.
Dado que esta asociación de estrella y las nubes Lupus forman el grupo más cercano al Sol de su tipo, son un objetivo prioritario para estudiar cómo crecen juntas las estrellas antes de separarse. Se cree que el Sol, junto con la mayoría de las estrellas de nuestra galaxia, nació en un entorno similar.
La nube oscura Lupus 4. Image Credit: ESO
Las primeras descripciones que constan en la literatura astronómica sobre las nubes oscuras de Lupus, datadas en 1927, se atribuyen al astrónomo estadounidense Edward Emerson Barnard. Lupus 3, vecino de Lupus 4, es el más estudiado gracias a la presencia de, al menos, 40 incipientes estrellas formadas a lo largo de los últimos tres millones de años, y que están a punto de encender sus hornos de fusión. La principal fuente de energía en estas estrellas adolescentes, conocidas como estrellas T Tauri, es el calor generado por su contracción gravitatoria. Esto supone un contraste con respecto a la fusión de hidrógeno y otros elementos, el motor de estrellas maduras como el Sol.
Las observaciones de la fría oscuridad de Lupus 4 han desvelado la existencia de tan solo un puñado de estrellas T Tauri. Sin embargo, para Lupus 4, en términos de futura formación estelar, la existencia de un núcleo de material denso y sin estrellas en la nube resulta prometedora. En unos millones de años, ese núcleo se transformará en estrellas T Tauri. Esta comparación entre ambas nubes nos sugiere que Lupus 3 es más antigua que Lupus 4, ya que su contenido ha tenido más tiempo para convertirse en estrellas.
¿Cuántas estrellas podrían empezar a brillar dentro de Lupus 4? Es difícil de decir, ya que las estimaciones de masa para Lupus 4 varían. Dos estudios coinciden en una cifra de alrededor de 250 veces la masa del Sol, mientras que otro, utilizando un método diferente, llega a una cifra de alrededor de 1.600 masas solares. Sea como fuere, la nube contiene material suficiente como para generar numerosas estrellas nuevas. Así como las nubes terrenales de nuestra atmósfera dan paso a la luz del Sol, esta oscura nube cósmica puede acabar disipándose, dando paso a la brillante luz de las estrellas.