El Observatorio ALMA, en Chile, ha detectado polvo alrededor de Próxima Centauri, la estrella más cercana al Sistema Solar. Estas nuevas observaciones revelan el resplandor procedente de polvo frío en una región cercana a Próxima Centauri, que se encuentra a una distancia equivalente entre una y cuatro veces la que separa a la Tierra del Sol. Los datos también insinúan la presencia de un cinturón de polvo externo incluso más frío que puede indicar la presencia de un complejo sistema planetario. Estas estructuras son similares a los cinturones mucho más grandes del Sistema Solar y también se espera que estén formadas por partículas de roca y hielo que no lograron formar planetas.
Próxima Centauri es la estrella más cercana al Sol. Es una débil enana roja que se encuentra a tan solo cuatro años luz, en la constelación meridional de Centaurus (el Centauro). Es orbitada por Próxima b, un planeta templado del tamaño de la Tierra descubierto en el año 2016 que es, además, el planeta más cercano al Sistema Solar. Pero en este sistema hay algo más que un solo planeta. Nuevas observaciones de ALMA revelan la emisión de nubes de frío polvo cósmico que rodean a la estrella.
El autor principal del nuevo estudio, Guillem Anglada [1], del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC), Granada (España), explica la importancia de este hallazgo: “El polvo alrededor de Próxima es importante porque, tras el descubrimiento del planeta terrestre Próxima b, es el primer indicio de la presencia de un complejo sistema planetario (formado por más de un único planeta) alrededor de la estrella más cercana a nuestro Sol”.
La imagen superior muestra qué aspecto podrían tener los cinturones de polvo recién descubiertos alrededor de Próxima Centauri, la estrella más cercana al Sistema Solar. Observaciones de ALMA han revelado el resplandor procedente de polvo frío en una región que se encuentra a una distancia de Próxima Centauri que supone entre una y cuatro veces la que separa a la Tierra del Sol. Los datos también insinúan la presencia de un cinturón de polvo externo incluso más frío que puede indicar la presencia de un complejo sistema planetario. Estas estructuras son similares a los cinturones mucho más grandes del Sistema Solar y también se espera que estén formadas de partículas de roca y hielo que no lograron formar planetas. Este esquema no está a escala: para hacer visible a Próxima b con claridad se ha mostrado más lejos de la estrella y mayor de lo que es en realidad. Crédito: ESO/M. Kornmesser
Los cinturones de polvo son los restos del material que no se incorporó a cuerpos de mayor tamaño, como pueden ser los planetas. Las partículas de roca y hielo en estos cinturones varían en tamaño: desde el más diminuto grano de polvo, más pequeño que un milímetro, hasta cuerpos tipo asteroide con muchos kilómetros de diámetro [2].
El polvo parece encontrarse en un cinturón que se extiende a unos pocos cientos de millones de kilómetros de Próxima Centauri y tiene una masa total de, aproximadamente, una centésima parte de la masa de la Tierra. Se estima que este cinturón tiene una temperatura de unos –230 grados centígrados, la misma que la del Cinturón de Kuiper en el Sistema Solar exterior.
En esta imagen del cielo que rodea a la brillante estrella Alfa Centauri AB también vemos a Próxima Centauri, una estrella enana roja mucho más débil, que además es la estrella más cercana al Sistema Solar. El montaje fue creado a partir de imágenes que forman parte del sondeo Digitized Sky Survey 2. El halo azul alrededor de Alfa Centauri AB es un artefacto del proceso fotográfico, en realidad la estrella es de color amarillo pálido, como el Sol. Crédito: Digitized Sky Survey 2 | Reconocimiento: Davide De Martin/Mahdi Zamani
En los datos de ALMA también hay pistas que apuntan a la presencia de otro posible cinturón de polvo, incluso más frío, unas diez veces más lejos. De confirmarse, la naturaleza de un cinturón exterior resultaría intrigante, dado su entorno muy frío lejos de una estrella que es más fría y más débil que el Sol. Ambos cinturones están mucho más lejos de Próxima Centauri que el planeta Próxima b, que orbita a sólo 4 millones de kilómetros de su estrella [3].
Guillem Anglada explica las implicaciones del descubrimiento: “Este resultado sugiere que Próxima Centauri puede tener un sistema múltiple de planetas con una rica historia de interacciones que dieron lugar a la formación de un cinturón de polvo. Estudios más profundos podrían proporcionar información para localizar la ubicación de planetas adicionales que todavía no han sido identificados”.
Este gráfico muestra la gran constelación meridional de Centaurus (el Centauro) y pueden verse la mayor parte de las estrellas visibles a ojo en una noche despejada. La ubicación de la estrella más cercana al Sistema Solar, Próxima Centauri, está marcada con un círculo rojo. Próxima es demasiado débil para poder verla a simple vista, pero puede verse con un pequeño telescopio. Crédito: ESO/IAU and Sky & Telescope
Este gráfico muestra la gran constelación meridional de Centaurus (el Centauro) y pueden verse la mayor parte de las estrellas visibles a ojo en una noche despejada. La ubicación de la estrella más cercana al Sistema Solar, Próxima Centauri, está marcada con un círculo rojo. Próxima es demasiado débil para poder verla a simple vista, pero puede verse con un pequeño telescopio. Crédito: ESO/IAU y Sky & Telescope
Conocer el entorno polvoriento que rodea al sistema planetario de Próxima Centauri es esencial para la planificación de una futura misión que pretende explorar directamente el sistema con microsondas conectadas a velas impulsadas por láser (proyecto Starshot).
El coautor Pedro Amado, del Instituto de Astrofísica de Andalucía, explica que esta observación es sólo el comienzo: “Estos primeros resultados muestran que ALMA puede detectar estructuras de polvo en órbita alrededor de Próxima, y nuevas observaciones nos darán más detalles del sistema planetario de esta estrella. Combinándolas con el estudio de discos protoplanetarios alrededor de estrellas jóvenes, podremos desvelar muchos de los detalles de los procesos que condujeron a la formación de la Tierra y del Sistema Solar hace unos 4600 millones años. ¡Lo que estamos viendo ahora es sólo una pequeña parte de lo que está por venir!”. ALMA